SOBRE EL ESCRITORIO

Querida hija. Regresamos a Tijuana justo hoy, cuando recién cumples dos meses de vida. La vida en Vancouver fue grandiosa, acá tu madre y yo encontramos descanso, renovación y a ti. Tú llegada encarna para nosotros estos dulces recuerdos. Cuando crezcas queremos compartirlos contigo y regresar para que también tú los experimentes. En unas horas nuestro vuelo partirá y nosotros en él. Llevamos tantas cosas pero tú eres lo más valioso para nosotros: nuestra pequeñita hijita. Ni tú pediste  nacer ni mucho menos participaste en la decisión de nosotros, tus padres, para regresar a México. Pero queremos hacerte parte y compartir contigo el llamado que el Señor nos hizo para seguirlo, en los siguientes años en el ministerio estudiantil en México. Nuestra oración es que en el futuro tú también descubras tu propio llamado y tal vez entonces comprendas a cabalidad nuestra decisión. Créeme: sabemos de qué ciudad nos despedimos y a cual arribaremos. Incluso nosotros sufriremos má

Para Luis Cruz Villalobos Un verso es frágil Como ala de golondrina Huracán demoledor De mentiras y verdades a medias Eco fructífero de Pan, vino, higos Manzanas, café y fiesta Con que nos sacia Provisional peros satisfactoriamente El hambre de hogar Un verso es instante Chispa en la oscuridad Ilumina Arde para siempre y Consume a su paso el tiempo Purifica Provee calidez al peregrino A su paso por la noche Un verso es también camino Para llegar allá a donde se desea regresar Lleno de vida Porque supo morir a su tiempo Con el fin de fructificar Un verso brinda comunidad Amistades y maestros Para alegrar con canciones La jornada bajo el sol Para escudriñar más allá de las estrellas O más acá En la memoria y la imaginación Un verso escapa a la conceptualización moderna No pierde tiempo en banalidades La ciudad morirá Pero el verso Como metáfora nueva Crea de nuevo el mundo

I En los tiempos descansados Llegarás a nuestras vidas Como promesas cumplidas. Empujando pies pausados A lugares no soñados Eres hija de montañas De bosques de tierras extrañas De ambos padres migrantes Te unes a los caminantes viajando en las entrañas II ¿Con qué sueñas mientras duermes? Saltas en el vientre contenta A nuestras voces atentas Creciendo a pasos firmes Desesperamos mes a mes Por conocerte, besarte Tenerte aquí, abrazarte Llenarte de nuestros besos Por ahora sigue esos Tus sueños sin preocuparte III Tienes una fiesta dentro De la panza de tu mamá, Muévete, brinca y ama. De atención eres centro De nosotros eres astro. Bendita bendición de Dios Nueva luz para inicios De venturas cotidianas, De experiencias humanas. Dios te llene de decenios  IV Tu mamá es Alejandra “Protectora de los hombres” Y de eso posee aires Es ella quien te engendra Algo de ella te vendrá. Tu papá se

En las próximas semanas terminará el tiempo sabático, y Alejandra y yo regresaremos a trabajar como asesores en Compañerismo Estudiantil, con estudiantes, principalmente cristianos universitarios. Precisamente este regreso me hace pensar  en ese "espécimen raro": el cristiano universitario; y escribir para él y ella. Lo hago por una necesidad pastoral surgida en mi propia experiencia durante mis años en la universidad y posteriormente en la obra estudiantil. Lo hago también porque desgraciadamente la iglesia local pocas veces cuenta con los espacios y las personas adecuadas para acompañar a su juventud universitaria. Pues los grupos de jóvenes casi siempre se enfocan en pubertos y adolescentes, y quienes los atienden casi siempre son los mayores, los de edad universitaria. Algunos grupos sí tienen un enfoque para una edad más avanzada (digamos 18 años en adelante), pero carecen de no profundizar en temas propios de un universitario: la relación entre Jesús y la univer